Por Valentina Álvarez
Chile, viernes 11 de marzo, a las 12:30pm en punto todos los canales de televisión nacional transmiten el cambio de mando presidencial. Sebastián Piñera, ahora expresidente de la República de Chile, hace entrega de la piocha de O’ Higgins, uno de los elementos más importantes en la ceremonia, a su sucesor Gabriel Boric. Pero ¿quién es este personaje? ¿cómo se presenta ante la mirada de los chilenos y de los espectadores alrededor del mundo? y, ¿cuáles son los desafíos que enfrenta su gobierno?
El pasado 21 de diciembre en las últimas elecciones presidenciales, Boric se impuso con un 55,87% de votos ante su contrincante José Antonio Kast (44,13%), quien era la carta presidencial del partido Republicano. El ganador en segunda vuelta se convirtió también en el Presidente más votado en la historia de Chile obteniendo 4,6 millones de votos, una cifra significativa considerando la no obligatoriedad de sufragio. Además, el actual Presidente es el candidato electo más joven en la historia del país, con tan solo 36 años, que llega al Palacio de la Moneda a gobernar un Chile que presenta múltiples desafíos para el futuro.
Es importante recordar que Chile atraviesa actualmente un proceso único en la historia latinoamericana con la creación de una posible nueva constitución para el país. Dicho proceso ha sido cuestionado últimamente, no sólo por los adherentes a la constitución escrita bajo la dictadura de Augusto Pinochet, sino también por distintos actores como los integrantes del movimiento “Amarillos por Chile”, quienes creen en una nueva constitución, pero señalan que la Convención Constitucional, el órgano redactor de la nueva constitución, va por la dirección equivocada. Este hecho, sin duda, es de gran relevancia para entender el contexto de las diferencias entre opiniones de los chilenos y chilenas sobre qué esperar durante los próximos años.
"El pasado 21 de diciembre en las últimas elecciones presidenciales, Boric se impuso con un 55,87% de votos ante su contrincante José Antonio Kast (44,13%), quien era la carta presidencial del partido Republicano".
No podemos ignorar que el nuevo Presidente se ha encargado de entablar relaciones, no sólo con aquellos que comparten su mismo color político, sino que también ha logrado mantenerse en contacto con empresarios y económicos que usualmente no se ven a sí mismos representados en la ideología política de Boric. Estas situaciones nos hacen reflexionar sobre la dirección de los planes que, el oriundo de Magallanes, tiene para que Chile siga desarrollándose de una manera íntegra, considerando a todos los actores sociales, políticos y económicos.
Pareciera ser que el actual gobernante de Chile está genuinamente interesado en escuchar la voz de cada uno de sus ciudadanos, desde los niños y jóvenes a través de sus relaciones con representantes del activismo juvenil como Julieta Martínez y el simbólico gesto de haber contestado una carta a los niños con TEA, hasta los múltiples encuentros con representantes de los pueblos originarios. Todo esto, por supuesto, con la visión de un futuro feminista y paritario, siendo 14 de los 24 ministerios que componen el gabinete liderados por mujeres. A su vez es necesario recordar que el gabinete estará compuesto también por militantes del partido comunista, hecho que pudiera encender las alarmas de un sector de la población.
En el ámbito internacional se destaca la invitación a presenciar el cambio de mando a representantes como el presidente del Perú, Pedro Castillo, el Rey de España Felipe VI y el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso. A pesar de que la agenda internacional pareciera no ser la prioridad del Presidente Boric, este se muestra abierto a la cooperación entre los países de la región latinoamericana y espera entablar buenas relaciones con sus homólogos vecinos. Es imposible enmarcar el cambio de mando en Chile sin hacer hincapié en la situación que se vive en el continente; la cual con ejemplos como Perú, Brasil, Chile y Colombia, demuestra la tendencia de la población de América del Sur por otorgar la gobernanza de su país a líderes de izquierda.
Chile, al igual que todos los países de Latinoamérica, tiene una gran deuda con su población, tanto en materia de educación, como de salud, pensión y vivienda; sin olvidar el estallido social ocurrido en octubre de 2019 producto de las desigualdades. Entre los grandes desafíos actuales del país se encuentra la crisis migratoria en el norte y el conflicto en la Araucanía, región que desde hace tiempo es víctima de constantes ataques y en donde además habita la mayoría de la población mapuche del país. En concreto, estos dos últimos problemas son de urgencia máxima para el gobierno entrante, ya que ambos implican una reformulación de políticas públicas y de seguridad que afectan de forma directa o indirecta la vida de los chilenos.
"En La Moneda, posterior al cambio de mando, se proyectaron diferentes frases tales como “cambio ciudadano” y “hacia un Chile más justo y cariñoso”, las cuales siguen la línea de que este país estará gobernado los próximos cuatro años por un Presidente que busca un cambio profundo".
Las crisis climáticas y la pandemia han demostrado que se necesita más que solo un buen discurso para mejorar la calidad de vida de la población, por lo que chilenos y chilenas, en general ansiosos y llenos de esperanza, anhelan que las palabras pronunciadas por su nuevo Presidente, desde el balcón del Palacio de La Moneda, no sean solo un discurso más, sino que se materialicen en acciones concretas luego de sus cuatro años de gobernanza. Boric reconoce esta situación he incluso, firme a su postura dice saber “que en cuatro años más el pueblo de Chile nos juzgará por las obras y no por las palabras”. Por otro lado, causó controversia la frase que el Presidente de Chile pronunció en su discurso en recuerdo a las palabras del Expresidente Salvador Allende; “Estamos abriendo las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre”. Sin lugar a duda esta y otras frases del discurso fueron duramente criticadas por un sector significativo de la sociedad chilena, sobre todo porque hace referencia a un período en el que Chile vivió bajo un régimen comunista y sus consecuencias, lo que genera el miedo de ciertas personas de volver a cometer los errores del pasado.
En La Moneda, posterior al cambio de mando, se proyectaron diferentes frases tales como “cambio ciudadano” y “hacia un Chile más justo y cariñoso”, las cuales siguen la línea de que este país estará gobernado los próximos cuatro años por un Presidente que busca un cambio profundo. De la mano de Irina Karamanos, actual pareja del Presidente, y junto a un equipo de gobierno joven, paritario y con tendencia izquierdista, comienza a escribirse otro capítulo de la historia de Chile. Es de esperar que este gobierno no sólo cumpla sus promesas sociales, sino también que esté a la altura de mantener e incluso mejorar la situación económica del país, que tanto es alabada y reconocida dentro de la región latinoamericana: según el ránking de competitividad económica de los países, Chile es el líder en el continente. La mirada joven y progresista de Boric brinda esperanza a los corazones de muchos, pero sus nexos con el partido comunista y sus ideas revolucionarias generan intranquilidad en las cabezas y bolsillos de otros.
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